«MAESTRÍA EN PANQUEQUES»/ Lenguaje & Comunicación
¡Mañana les traigo panqueques a todos los de la clase! Les dijo la nena… Contaba esta historia con un poco de susto una orgullosa mamá de cuando su pequeña hija ofreció regalar panqueques al siguiente día de clases.
Resulta que un compañerito llevó unos deliciosos panqueques como refacción y le ofreció a la pequeña la mitad de uno. Quedó tan encantada que le contó a su mamá toda la aventura de ese día finalizando con un ¡mañana les llevo panqueques a todos!
Lo único que se interponía según el relato que escuché (por metido) era que la mamá nunca había hecho un panqueque en su vida, nunca fue parte de su entorno, y por lo tanto no había sido necesario hacerlos, porque, para ser sinceros, ¿Qué tan indispensables son unos panqueques en el plato guatemalteco?
En fin… la mamá tenía dos problemas nuevos: Por una parte no podía hacer panqueques y por otra no podía dejar que su pequeña quedara como una mentirosa en el aula…
Desde pequeños nos comunicamos esperando influir en los demás, y según Marc Monfort co-autor del libro “El niño que habla” es entre los 6 y 7 años, que se crean nuevas habilidades conversacionales como son la comunicación referencial o decir cosas importantes respecto a un tema.
La percepción de la situación, influyen en las primeras locuciones. En esta etapa inicial del desarrollo lingüístico el niño comunica más de lo que puede codificar, utiliza el lenguaje para expresarse, y es utilizado como instrumento de representación y de relación social para dar un mensaje, luego casi que por casualidad utiliza la comunicación dirigida a un receptor y que éste pueda interpretar y actuar en consecuencia.
En otras palabras la pequeña utilizo el lenguaje en su entorno para expresar su gusto por el panqueque, y para opinar sobre un tema, de tal manera que utilizó la comunicación para concluir con el proceso, informándole a quien correspondía, para que los cocinara, ya que dió por hecho que si su mamá hace otras comidas, unos panqueques serian un extra nada más.
La siguiente mañana la “mamá panqueque” compró la mezcla, y dejándose llevar por su instinto en la cocina logró prepararlos y tuvo una gran idea: Hacer raciones pequeñas y así producir “ mini panqueques” para los pequeños comensales.
Ese día la sensación de los los mini panqueques fue la historia del día, ese día un signo lingüístico bien comunicado logró que una joven mamá sacara su “maestría en panqueques” en unas pocas horas de la mañana.
PAPAS EXTRAS:
Si también le causo gracia o duda el título de este post, sepa que en realidad si existe una tesis en Ecuador que quizás defienda la «Maestría en Panqueques»… Link>Tesis: premezcla a base de quinua para la elaboración de panqueques 🙂
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