UN ABRAZO ¡GIGANTE!/ La comunicación como Hipérbole.

La exageración es parte vital en la comunicación de los niños.

Cuando la hija de mi amigo tenía 7 años de edad y se despedían por teléfono después de una llamada que duraba no menos de media hora, él le decía: «adiós mi amor, te dejo un abrazo gigante”. En respuesta al gesto del papá, ella le decía: «Yo te dejo un abrazo del tamaño de 20 dinosaurios”.

La despedida se alargaba porque él contestaba de nuevo con un: «Yo te envío uno de 100 dinosaurios».

ella agregaba: «… y yo uno del tamaño de mil dinosaurios gigantes, y 10 volcanes, no me puedes ganar».

Y  Si, ella siempre ganaba.

Exagerar la realidad para darle una mayor fuerza expresiva al  mensaje que estamos transmitiendo es conocido como Hipérbole. Su función es  transmitir una apreciación subjetiva para lograr  una impresión en el receptor del mensaje.

Por ejemplo, la frase: “Nos morimos de risa” es una forma exagerada de transmitir que la risa fue sumamente fuerte. O en “Te Esperé mil horas ese día y no llegaste” es evidente que no pasaron mil horas, y mucho menos en un solo día, pero muestra el desagrado de transmitir que el tiempo de espera se sintió sumamente largo.

Existen dos tipos de hipérboles dependiendo de su exageración. La primera es llamada Aúxesis que no es más que la exageración por tamaño o duración, esta  exagera intencionalmente un punto o su significado. Por ejemplo: “Que día tan largo” (tomando en cuenta que todos los días son de 24 Horas).

Y está la Tapínosis que es la exageración por depreciación, y es utilizado para expresar un insulto. Por ejemplo: “Es necio como una mula”.

Una Hipérbole es una figura retórica,  significa que su finalidad es mostrar una idea, persuadir, o crear una emoción en el mensaje que se traslada. Y no es de extrañar que nuestro Cavernícola haya creado este tipo de mensajes al expresarse sobre un miedo o un sentimiento.

Los años pasaron, ella creció, y las llamadas por teléfono se vuelven más cortas cada vez, pero siempre que lo hacen y se despiden, el papá le dice: «adiós mi amor, te mando un abrazo gigante» a lo que ella aun responde: «El mío más grande».

Ella ya no utiliza la exageración como medio de comunicación que utilizó cuando era una niña, pero a él no le importa porque siempre se quedará con un abrazo más grande.